DOSSIER CARLOS LOPEZ DZUR


«¡Destruyan el sentido común
tan sospechoso!
Yo quiero el cadáver a la vista,
al fin de cuentas, con todos los clamores
acusantes y, a la vista también,
el arma del delito».

Carlos López Dzur, Heideggerianas




«El maltrato está ahí, siendo.
La autonomía del ser, raíz,
y quienes alentamos el gesto liberador,
tan débiles y sedientos estamos».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«No todavía no,
los enemigos del interés egoico
y del control hostil, como niños son,
y los aplastan mezquinamente
por un mendrugo menos,
sin darles el pan».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«Que no venga con sus actos
de golpes bajos y su falsa buena voluntad.
Biafra quiere más que caridad.
Somalía quiere aún más
que Christian Children Fund.
Que las revoluciones oscuras
desaparezcan, mucho mejor».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«Que no vengan los homicidas
con consenso o sin él.
Que no vengan los héoes del aúpa
ni ángeles redentores ni mana
que de los cielos baje o se quiera.
Ni profetas de nuevo cuño
ni hijos de la Ley,
ni obreros del falso perdón
ni hombres blancos
de selectiva piedad
ni iluminados ni gurúes...».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«No. Que no vengan
porque son ladrones
que saben posar, tozudos del relajo,
inventores de magia y más allá.
Que no vengan los que en Todo
explican a Dios, los absolutistas
de la globalización,
los del Nuevo Orden Mundial,
los agoreros de diablos sociales,
los perseguidores de guerrillas
y gesticulación, los piadosos en las cumbres,
¡ay no! que no vengan con su Verdad.
¡Que nos dejen morir,
que nos dejen luchar!».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«En este oscuro conocer,
todo es mostrenco
y no se conoce el percal;
únicamente la pastrija
y la pastrana
y ese montón de tierra
que son mis huesos cercanos
por sus años, sus achaques,
sus lamentos ante un poco
de sol y de alegría».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Si no seré yo, ¿quién hay
que le baje los humos
a este dolor ardiente,
a esta vanagloria externa
que postra mis adentros
con sus crepuscularios?».



Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales

«Me las paso callado
y, a mi lado, está el asco
por los dueños del mundo».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«A mi dolor lo acostaré
sobre el pedrejón duro y ardiente
donde soy yo mismo el padre
y mi dolor, el hacha
que gritará este mandato descorazonante:
¡mátalo a cuchilladas con tu mala sombra,
sean sin condición las cosas ofrecidas y sagradas!»

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Con un trapo atrás y otro adelante
tembló de gozo, afiló el nabo
que a cuerpo y afán empírico,
remordimiento y sustancia, escindieron
con prédicas de ruin nominalismo.
El se fue a rescatar la trascendencia,
se fue directo al beso y al orgasmo,
al experimento más allá de las proclamas
sensualistas, cartesianas
de principios a priori».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Son ellos los que desprecian las curvaturas
del dominio complejo, los principios reales,
la quántica ciencia de los saltos...».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Vienen, están al llegar,
los que no creen en vientos suaves
con placeres intensos, paradójicos,
momentos que limpian el espacio
como hoz segadora, separando
la paja del grano
y son, de ese modo, tan a su saber
dizque divinos, que las varillas
se clavan en la más blanda colleja
de la muerte...».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«¿En nombre de qué amor
hablaste de las verdades, Montano,
si sacaste el tuétano a la vida,
si en árbol carcomido
transformaste esta siembra humana
que me asedia zurriendo
broncamente
con su homicida alarde?».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales





«Estoy con el vetarro de mis huesos,
añorante de días
y propias cuentas y hecho un mico
con espíritu noctívago».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Yo dí el salto al abismo
cuando ví la luz que me invitaba
a dejar la caverna del mutatis mutandi.
Del salcocho de cerdos no quise mi alimento.
En rehalas de rebaños ovejunos,
dicté: soy soberano y con sinarcas
que desprecian a mis hijos
y les dan sus sobrantes,
no quiero mi banquete.
Innecesario exordio son
sus prolegómenos,
predicantes de miseria».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Yo soy un padre en fuga
y el titipuchal de críos me solaza.
Ni tolondro ni aturdido me organizo;
les doy lo suyo. Les ví nacer con gusto
y les juzgo y soy severamente dulce
cuando amo».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Repiten lo perseverado, dénse mañas
en la luz, pobres diablos,
que lo descubierto se destruya,
ya no sirve por su olor demacrado.
Abrid esos baúles donde todo lo escondido
se expone como falsa complicidad,
tributo sinodático que se paga al Obispo,
señor de todos los olvidos».

Carlos López Dzur, Heideggerianas




«Ninguno me ha querido conocer.
De casta aparte soy, prieto buey.
Hijo del dios visible, Kynikos.
¿Por qué torturan mi imaginación?
Soy la santidad, en rutas del agua
vertida en vida, en ser, en entidad».

Carlos López Dzur, Hombre extendido




«El debate político es la cena de lujo,
cadena de oro, cocktail y abrazo presuntuoso.
Han reducido a pantomimas el proceso.
Distorsión es la sustancia
de la espuma, destilante.
La cartera más rica ha forjado el banquete,
sirve el champagne, te lleva al foro.
La agenda está movida por dinero».

Carlos López DZur, El libro de la guerra




«Con el pozo de su gozo
nos despertó y luego, por la poza
de sus placeres ... padecía
y fue perra flaca y todo pulgas,
pero yo la quise».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…saltó al abismo, a la fe
del cimiento más oscuro,
y llevó consigo el puñal desmesurado
y ella, la materia, la nominada del escarnio
estuvo a su merced, cautiva, presta,
con dos palomas que salieron del escote,
con su vulva tibia y anhelante
que fue llamada el alma».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Lavémonos los pies con agua de poesía.
Evitemos el encubrimiento que el polvo
de la Tierra y el olvido nos provee.
Vayamos de prisa a los ríos
donde Ella es ondina y sirena,
eco de infinita armonía».

Carlos López Dzur, FNabî-Kalû, Tantralia




«Dulce y jugosa mi sangre es.
Como el árbol, crezco
y mi raíz es profunda
y hay más paz en mi sombra
que en las suyas, dejadme al menos
pasar hoy y no me vayan a golpear, no.
La autodefensa me atrae,
pero prefiero la tranquilidad».

Carlos López Dzur, Hombre extendido




«Alegrémonos, porque hay música
para los hijos de la rebelión
y la voz trágica de Melpómene
latiga en Lesbos con sus versos
y hay épicas caliópicas
y profecías del Nabî.
A veces las musas no tienen gentileza
que a gusto veneremos; pero...
¡son todo amor y cantan con nosotros
como el padre que disciplina al hijo amado!
Con maithuna dan testimonio del exilio:
galut codees».

Carlos López Dzur, FNabî-Kalû, Tantralia




«El pobre es la última pulga
en el traje de levita del payaso:
los discursos son los chistes
de este coro de seres lastimosos».

Carlos López Dzur, El libro de la guerra



«Entonces, con su primer amor,
me lamieron los pómulos,
cerraron mis ojos y eran felices,
las apasionadas
y con alardes secretos, intersubjetivos,
me amaron y yo las quise».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«En el guiso de las horas
varones del imperio han sido
y van para el conteo
y aman el pillaje
en el rodaje de los días».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«... porque la mentira decora las paredes
y el piso se forra de moqueta
con gargajos y esputos divinales
que me lanzan los dueños,
farisaicos, engreídos, de la tierra».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Dios, si es fe, no embellece nada.
El sol es enemigo de tu casa.
No hay fácil consolación
si al enemigo hay que amarlo».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Voy a darte el placer eterno
de la obediencia que trasciende,
el amor de los dioses
fuera de la cueva
egoica, vocinglera;
así la mala sombra
de lo humano
no será ya
capricho».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…en barajas y consultas y libracos,
en oráculos, cábalas, sesiones
de lujuria y mercado organizado
para genocidio intelectual…».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Como demente llora, como perra ladra
y, en un oscuro paisaje de camino,
cada hora es posesa del recuerdo
la madre persistente que clama:
Ayúdala, las contigencias del futuro
la fatigan; la inocencia de su cuerpo,
la aminora; no repitas como tu grey,
es una perra, foránea...».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…y a las maruga y sonajas y supositorios
que a los pálidos santos sirven
para místicos julepes en el culo».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales



«Que el futuro aguarda
y las fronteras requieren
sus cuerpecillos tiernos
de ratas, duendecitos».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«En este tiempo sin mitos
(¿saben ellos de estructuras eternas?)
tienen su tiempo histórico de muerte;
aún así, por sus nombres nuevos,
el varón que a-luz-sina
el fin de la guerra,
el dolor y el bandidaje,
los conoce y desprecia».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…yo estaba enamorado de su cuerpo
y no le decía perra negra,
ramera, inmundicia».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…aún los perrillos comen las migajas
que de la mesa del amo saltan...
¿Caerá alguna migaja
de la mesa de Tu Amor?».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Es linda, porque no hay rosa sin espina
ni espinas sin rosas; es linda
esta perra hembra de los ojos,
grandes, rasgados y sabrosos».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Este fue el comienzo del amor
y la hermosura en pleno
y con ojo de amo y, por zorruno olfato,
te engordé cada esperanza, yegua mía».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales



«Cállense, moscas placeras,
vayan y posen al carajo,
que las normas farisaicas
me mutilan; y el padre está
cargando su virtud
de pequeñarra estampa
por soledades sin caminos,
por su alma».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales



«No se subcobijen otra vez
en las tinieblas bajo tierra,
topos con porvenir,
gnomos escandinavos».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Como el duro pijojo son
los timoratos de la timocracia
y se van empedernidos
por su virtud de cómplices».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Salgan, gusanitos de Jacob,
la luz, ojo del investigador,
les necesita afuera
de las angustia cavernaria
para comenzar
la canción
de la alegría».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Se disculpan y hacen la seráfica
en sicosis colectiva
junto a duendes transhumantes,
amarillos, escépticos, como Hume,
animalescos, y son objetos pertinentes
a penumbras, a cavernas,
entes sensoperceptuales
por engaño, discontínuos».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«…la purificación moral
que es casi el crimen y flagelo
provisto por los inquisidores,
sabelotodos embaucadores,
agarrapendejos, blasfemos».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales



«…ese NO que viene
de las Tablas Divinas escritas
con la punta de la guasca
y la repulsa al casquete
y el rito anal del puto dionisíaco».

Carlos López Dzur, Estéticas mostrencas y vitales




«Que en nuestro nombre
ninguno jure.
Todavía no.
El fin de la coacción está incompleto,
en pañales de corazón estremecido.
Y rivales de ese odio somos:
los acusadores de cada forma de opresión
miran los rostros nuestros, ¡ay!
que no juren por mis nombres,
todavía no».

Carlos López Dzur, Que en nuestro nombre no vengan, Libro de la guerra




«Vestidos con alarde democrático,
adornados de 'ven y participa, da tu voto',
el Uno va al bailongo, al azar, elegante,
por la danza del díme y el direte
¡y a los comicios, comediante,
que el Gran Cómico espera!».

Carlos López Dzur, El libro de la guerra




«Ya que el lugar original
de la verdad no es el juicio,
ya que es necesario que se verifique
si el Dasein es y será eternamente,
saquen la evidencia que me ocultan,
dén su mentís, sepultureros,
que aún hiede el cadáver».

Carlos López Dzur, Heideggerianas

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